El nombre
de Ariel significa «León de Dios» y está asociado a la fuerza y
poder de este maravilloso animal, es una energía luminosa relacionada
con la vida en el elemento Aire, cuando su virtud se encuentra en el ser
humano lo hace portador de la palabra fluída que mueve corazones,
siendo capaz de sembrar esperanza dónde había falta de fé o vacío
existencial.